No tener a nadie
que te ate viene muy bien para emigrar. Tienes menos reprimendas si te sale
mal: ¿te has convencido de que yo tenía razón? ¿Quién? ¿Hola? La nada se quedó (decía Iván Ferreiro), que es lo que pasa cuando te vas, ¿qué otra
cosa iba a haber si no? Ni amante que te cante, al que romperle el corazón: Now that I've lost everything to you, you say you wanna start something new, mala perra. Nos acercamos más a Nino Bravo, aunque
no dejamos la tierra por nadie y nos falta la flor, el beso ya es más
mendigable, que todos tenemos una madre. Y con ligero equipaje (otra de las
ventajas de no tener patrimonio), nos preguntamos: ¿Más allá del mar habrá un lugar? ¡Di Nemo, di! No pido que sea uno
donde el sol brille más o sí, que lo haga metafóricamente y que aliente, literalmente.
Porque cuando haces
una copia de la copia de otra copia de la copia primigenia, el resultado es una
cosa negra y sin resolución que, por muchas vueltas que le des (en vertical, horizontal,
de cerca, lejos o bizqueando los ojos), el resultado inalterable es un
jeroglífico de oftalmólogo. Tu vida, amigo mío, ESO es tu vida. Tranquilo, aún
puedes desintoxicarte e iniciar el programa de los 12 pasos, que no es
propiedad exclusiva de alcohólicos, neuróticos o codependientes, no, no. Cuando
creías que tus pequeñas taras eran disimulables, llega la situación y te
desborda: sin independencia, sin trabajo, sin futuro. O dicho de otra forma: eres
codependiente de tus padres, a una edad que no corresponde y con todo lo que
conlleva, desatando la neurosis que sólo esas cañas a 1€ (50 céntimos si
alargas en finde hasta el lunes), lo hacen soportable. Y voilá, 3x1, ¡ya es
usted un caso clínico! Que no se diga que la clase política no hace
aportaciones al pueblo; los bancos no sólo roban, niño desagradecido.
Empecemos, pues:
-Admitir que
tenemos un problema.
Admitido.
-Inventario moral
de nosotros mismos. También conocido por: ¿qué he hecho
yo para merecer esto? Bien, recapitulemos: fui al colegio, luego al instituto y
a la escuela de idiomas, hice la selectividad, estudié una carrera y terminé en
el tiempo estimado. Intenté trabajar de lo mío sin éxito; intenté trabajar de
cualquier otra cosa con idénticos resultados. Así que seguí estudiando y… hasta
hoy. ¿Y el futuro? ¿Qué será, será? ¿Más paro, tal vez? ¿O precariedad laboral,
quizás?
-Admitir la
naturaleza exacta de nuestras faltas. Siento mucho no haber nacido rica,
heredera de imperios, primogénita de dictadores o asesora de toros, flamenco y semana santa. Arrepentida estoy.
-Eliminar estos
defectos de nuestros caracteres. Es decir, jugar
euromillones, invadir países y/o prostituir valores. Mañana, de verdad, mañana lunes
empiezo.
-Hacer una lista de
las personas que hayamos podido ofender con nuestra actitud y reparar el daño.
Hitler, Rajoy, Montoro, Ted Bundy, Wert, la señora Báñez, el FMI... ¿en serio
tengo que nombrarlos a todos? Me voy a dejar una pasta en sellos… y las
sesiones de espiritismo se salen de mi presupuesto. Maldita sea, hasta los 12
pasos me suponen vivir por encima de mis
posibilidades.
-Habiendo obtenido
un despertar espiritual como resultado de estos pasos, trataremos de propagar
el mensaje.
Preparaos desempleados sobrecapacitados, con o sin
experiencia, sin ingresos, con idiomas y títulos varios, ¡voy a convertiros!